








Aunque a mi padre le gustaban los ordenadores (Apple), pasear por el Retiro, comer (y beber) bien, lo que más le gustaba eran los coches. Así que, en 1980, en la feria del automóvil de Frankfurt compró un Mercedes 500 SEL —que todavía no había salido al mercado. Unos meses más tarde, en 1981, lo recogió en la fábrica de Sindelfingen.
El Mercedes 500 SEL fue el mejor coche del mundo en su época: suspensión neumática, motor V8 de aleación, el primer coche con ABS, etc., etc. Mi padre nos dejó en 2015.
No puedo decir las veces que ese coche cruzó España y Europa. Viajes a Londres a visitar a mi hermana, viajes a Ginebra a visitar a mi otra hermana, viajes a Andalucía o a Euskadi a visitar amigos. ¡Cualquier excusa era buena para hacer un viaje de cientos o miles de kilómetros!
El Mercedes está en venta. Está dado de baja temporal en Tráfico, y lleva levantado del suelo, parado en el garaje desde 2012. ¡Si te interesa, contacta en comentarios!
















